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   En un proceso psicoterapéutico tratamos aquellos malestares que presenta la persona en relación a sus propios sentimientos, pensamientos y/o comportamientos. Cuando las personas sentimos necesidad de acudir a terapia frecuentemente se debe al hecho de presentar dificultades en una o varias áreas, como pueden ser:

 

- Ansiedad y estrés.  

- Depresión, bajo ánimo.

- Trastornos del sueño.

- Agresividad.

- Ansiedad social.

- Pánico, miedos, fobias.

- Baja autoestima.

- Etc…

             
   Otras veces tenemos pequeñas dificultades que, aun sin ser graves, sentimos que nos bloquean o dificultan ciertas decisiones.

 

   Muchas otras veces no sabemos muy bien qué nos pasa o cómo explicarlo.   Sentimos un malestar con nuestra forma de ser o de actuar, sin saber por qué y sin saber ponerle nombre.

 

   Igualmente, hay personas que acuden a terapia con el deseo de conocerse mejor a sí mismas o crecer en ciertos aspectos. Somos seres complejos y a menudo sentimos la curiosidad de profundizar en nosotros mismos.


   Sea cual fuere el caso, la psicoterapia consiste en un proceso de autoconocimiento ayudado por un profesional, en el cual a través de diversas técnicas, se va poniendo poco a poco orden en este caos, facilitando la comprensión de ideas, emociones y acciones que habían sido confusas. Esto frecuentemente deriva en una sensación de alivio y autocontrol al capacitar a la persona para afrontar ansiedades y tensiones que habían sido evitadas. Conduce a nuevas oportunidades para aprender modos diferentes de pensar, sentir y actuar. En resumen, ayuda a la persona a entenderse, reconciliarse consigo misma y ser más dueña de sus propias decisiones.


   El cómo se consiga, así como la meta concreta a la cual llegar, depende del problema que plantee la persona así como los objetivos que ella misma se plantee, y en cuya definición jugará un papel el/la terapeuta, pero siempre siendo el cliente quien lleva las riendas.   En mi forma de trabajo no trato problemáticas sino personas que atraviesan situaciones difíciles, y para ello utilizo un enfoque integrativo que engloba técnicas verbales de reflexión y análisis, así como otras más vivenciales y corporales o expresivas, que ayudan a contactar con la parte más emo-cional del ser humano.

 

Psicoterapia en la Edad Adulta

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